Reseña del libro "Mensaje En Mi Pluma"
Como una madre que da vida a su bebé mientras le introduce en el mundo, Luella-Hill Dudley da vida a sus palabras como ella las plumas en las páginas de su libro más reciente, Message In My Pen. Su poesía es semejante a una mezcla heterogénea, donde siempre hay algo para todos, desde los jóvenes a los viejos y de en medio. Luella, ganando contra viento y marea, convirtiéndose huérfano de madre a la tierna edad de un año-y-uno-medio de edad, abusada en el sistema de hogares de guarda y se vuelve a conectar con su padre a la edad de siete años, no ha vivido la vida como un camino de rosas . Sin embargo, ella toma sus experiencias y hacer un modelo a seguir por otros cuando fueron estimulados con perplejidades de la vida. Al pasar las páginas, usted descubrirá que la poesía no es más que un testimonio de compartir desde lo más profundo de su alma. No es la limpieza, el lavado y la curación de las almas como el lector recorre el camino con el poeta. Te vas a reír y llorar. Usted está allí con el autor. Usted sentirá su dolor. Estás caminando en los zapatos, y en medio de todo, usted reunir la fuerza para triunfar sobre el espíritu humano para vencer sus miedos y para curar sus heridas. Va a descubrir su propósito por medio de tus pruebas. Y no importa lo que la mano es repartida a usted, después de leer las palabras de Luella, le inspiró para caminar en tu destino. Usted se encontrará en estas páginas. Su poema, "One O Afortunado", nos recuerda nuestro deber de la humanidad. Extracto: "Uno O Afortunado", dónde estás? No soy tu hermana, tu hermano? Nuestras conexiones de linaje es a través de Jesucristo. Cuando mi hijo está creciendo débil y no tenían qué comer, dónde estás? " Mientras somos testigos del aumento de suicidios entre los hombres y los jóvenes negros en particular, vamos a ser tocado por y ganará el aprecio por su poema, "La historia del hombre Negro", donde un hombre está sosteniendo una pistola en la cabeza. Extractos: Ellos no saben que hablo cinco idiomas, y se graduó de Harvard. Al bajar la pistola en la cabeza. Me doy cuenta de que soy víctima. Yo no soy el que debe ser destruido, porque una cosa es cuando todo el mundo da la espalda a mí, pero no puedo y no se enciende en mí mismo. Si yo me destruya entonces ellos ganan. Yo soy guerrero, no un destructor.
