Reseña del libro "Último atardecer en Lisboa"
UN ROMANCE LEJOS DE CASA ENTRE UNA JEFA Y SU SECRETARIAVente a Lisboa con Helena y Vero, su jefa.Vero está casada y tiene un hijo. Helena es una bocazas orgullosa.Helena necesita un trabajo. Vero, una secretaria. Lo que pasó a continuación... Bueno, ya te lo imaginas, pero vas a disfrutar del camino tanto como ellas.SinopsisEn la puerta del piso de Helena hay una nota de su casera en la que le recuerda que, si no paga los dos meses de alquiler que le debe, llamará a la policía.Cansada de enviar currículos sin obtener respuesta, está a punto de pedir ayuda a sus padres, pese a que sabe que le pedirán mantener oculta su sexualidad. Por eso, se aferra como a un clavo ardiendo a su última entrevista de trabajo en una importante empresa. Todo se tuerce cuando Helena le dice que su única habilidad que la diferencia del resto de candidatas es su gran destreza en el cunilingus. La frase dejará descolocada a su entrevistadora y hará creer a Helena que ha sepultado su única oportunidad de ser una mujer independiente. Quién conoce todas tus caras?ExtractoTodas estábamos cortadas por el mismo patrón. Todas habíamos estudiado para asistir en tareas de secretaria a algún directivo. Capacidad organizativa, idiomas, flexibilidad, multitarea, proactividad, presencia. Todas las chicas que habían pasado por ahí eran un calco, nada las diferenciaba. Nada nos diferenciaba... salvo una cosa.-Mi amante dice que hago buenos cunnilingus.Mi pensamiento inmediato fue que tenía que haberlo dicho en portugués. Dos segundos después, y alertada por la tos repentina de la mujer, caí en lo que había dicho.Mi boca estaba abierta. Quería decir algo, retractarme o pedir disculpas, pero me quedé absolutamente en blanco.El gesto de la directiva pasó de la confusión a la sorpresa y de ahí al bochorno. El ligero rubor de sus mejillas se hizo más intenso.-Bien, creo que es suficiente -dijo. Recolocó algunos papeles en su mesa-. Dile a Juanma que pase la siguiente.Como una autómata, y con la boca todavía abierta, me levanté y salí del despacho. Oí que nombraban a otra candidata y con el cierre de la puerta a mi espalda -otra más a la lista-, se me cayó al suelo mi castillo de naipes. A. M. Irún - https: //www.nicoporfavor.com